domingo, 16 de octubre de 2016

El oficio
“aunque me fuercen yo nunca voy a decir
que todo el tiempo por pasado fue mejor
mañana es mejor”
Luís Alberto Spinetta


EL oficio entra por la escoba
la escoba entra por las manos
en su empajado desobediente
arrastra la sangre desperdigada
de los árboles que han sido puestos en la tierra
para ser cortados
No hay más madera escuché por ahí incontables veces
No hay más madera para arrancar a mansalva
para desplumar como si fueran pollos puestos a la luz de la hormonas

El oficio se gana trabajando
con las manos
con los brazos
con la cabeza
no hay títulos ni diplomas
que pongan habilidad en las manos de alguien que late en el oficio

Un sendero imprescindible de mi vida
ha sido la carpintería
y me he convertido en un ser de solución práctica
de conciencia  de aquello que es posible
aunque lo posible sea cambiar la madera por música
Este camino me ha llevado a mi hermano
y me ha alejado de mi padre
aquel que a los 20 años – recién casado y sin trabajo – preguntó a mi madre
-¿Carpintero o mecánico?
-Carpintero, porque la mecánica es muy sucia – contestó mi madre
el taller era nuestra casa – con pan rallado y algo de aserrín que se colaba
                                               Anahí empanaba las milanesas
10 años en casa
después uno, otro y otro más los galpones alquilados
hasta hacer el propio
el de todos – el que al final era solo del Edgardo mayor
el que decía “el oficio se roba”
incontables pavas de mates se cebó el Edgardo mayor
robando con la mirada  el oficio
                en una carpintería que tenía 7 generaciones trabajando
                atrás la herrería con la fragua para hacer ruedas carros
40 años después
con diez dedos de otros – pulverizados en la cepilladora
esos dedos  que también duelen como un fantasma
los que más me costaron fueron los del Turco
                una persona maravillosa - con la edad de mi viejo
                en el taller jugábamos a adivinar de quién era la canción que
 sonaba en radio provincia – una vez ganó porque adivinó  “Voto Latino” de
 Molotov – un hijo rasta
Unos días después corría con la mano hacia la heladera – choreaba sangre del freazzer
yo no estaba – lo ayudaron el Memo y Juanchi
                -ya no puedo tocar la guitarra – me dijo el Turco – me quedaron los dedos cortos
                Realmente un buen tipo
la carpintería de mi viejo
3 hijos carpinteros
que sabemos ver qué hay dentro de los tablones que antes fueron árboles

Para mí el oficio, ahora, es como una habilidad que nunca pierdo
es llevar un arma secreta o un carta buena en el bolsillo
donde hago mi propio juego
en mi taller que es muy parecido a una reunión de amigos
ya nadie roba el oficio ni lo encuentra por la escoba
si no que se brinda con la palabra, la mirada y las manos
mis máquinas no tienen mutilaciones ni han derramado sangre
y sorprende – a veces – lo rápido
que aprendemos todos




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