El oficio
“aunque me
fuercen yo nunca voy a decir
que todo el
tiempo por pasado fue mejor
mañana es
mejor”
Luís Alberto
Spinetta
EL oficio
entra por la escoba
la escoba
entra por las manos
en su
empajado desobediente
arrastra la
sangre desperdigada
de los
árboles que han sido puestos en la tierra
para ser
cortados
No hay más
madera escuché por ahí incontables veces
No hay más
madera para arrancar a mansalva
para
desplumar como si fueran pollos puestos a la luz de la hormonas
El oficio se
gana trabajando
con las
manos
con los
brazos
con la
cabeza
no hay
títulos ni diplomas
que pongan
habilidad en las manos de alguien que late en el oficio
Un sendero
imprescindible de mi vida
ha sido la carpintería
y me he
convertido en un ser de solución práctica
de
conciencia de aquello que es posible
aunque lo
posible sea cambiar la madera por música
Este camino
me ha llevado a mi hermano
y me ha
alejado de mi padre
aquel que a
los 20 años – recién casado y sin trabajo – preguntó a mi madre
-¿Carpintero o mecánico?
-Carpintero, porque la mecánica es muy sucia
– contestó mi madre
el taller
era nuestra casa – con pan rallado y algo de aserrín que se colaba
Anahí
empanaba las milanesas
10 años en
casa
después uno,
otro y otro más los galpones alquilados
hasta hacer
el propio
el de todos
– el que al final era solo del Edgardo mayor
el que decía
“el oficio se roba”
incontables
pavas de mates se cebó el Edgardo mayor
robando con la mirada el oficio
en una carpintería que tenía 7
generaciones trabajando
atrás la herrería con la fragua
para hacer ruedas carros
40 años
después
con diez
dedos de otros – pulverizados en la cepilladora
esos
dedos que también duelen como un
fantasma
los que más
me costaron fueron los del Turco
una persona maravillosa - con la
edad de mi viejo
en
el taller jugábamos a adivinar de quién era la canción que
sonaba en radio provincia – una
vez ganó porque adivinó “Voto Latino” de
Molotov – un hijo rasta
Unos días después corría con la mano hacia la heladera – choreaba
sangre del freazzer
yo no estaba – lo ayudaron el Memo y Juanchi
-ya no puedo tocar la guitarra – me dijo el Turco – me quedaron los dedos cortos
Realmente un buen tipo
la
carpintería de mi viejo
3 hijos
carpinteros
que sabemos
ver qué hay dentro de los tablones que antes fueron árboles
Para mí el
oficio, ahora, es como una habilidad que nunca pierdo
es llevar un
arma secreta o un carta buena en el bolsillo
donde hago
mi propio juego
en mi taller
que es muy parecido a una reunión de amigos
ya nadie
roba el oficio ni lo encuentra por la escoba
si no que se
brinda con la palabra, la mirada y las manos
mis máquinas
no tienen mutilaciones ni han derramado sangre
y sorprende
– a veces – lo rápido
que
aprendemos todos